jueves, 26 de junio de 2008

La historia de Pancho, Cap. XX, El fin de la historia.

Mi viaje frustrado a España y la renuncia a mi trabajo, fueron vitales para que yo pudiera terminar mis estudios de derecho. No tenía alternativa, había renunciado a mi trabajo, no había salido del país y me encontraba en medio de la nada, con una pensión que apenas me podía sostener en las necesidades mas básicas, a esto hay que agregar, que estudiar derecho es muy exigente y no le permite realizar actividades laborales paralelas, si quiere realmente titularse.
Pasé de todo, sin dinero, sin amigos, dedicado únicamente al estudio, y para colmo de males, mi relación de pareja ya nunca fue igual, a partir de mi frustrado viaje a la madre patria. Así y todo pude terminar mis estudios, hacer la practica y rendir el examen de grado. Nunca me lo hubiera imaginado, obtuve una de las mejores notas, que se han dado en muchos años. Al fin ya era abogado, ahora buscar trabajo, o formar una oficina donde ejercer libremente la profesión. Nada de fácil.
Fue un periodo muy largo, lleno de sacrificios, por que opté por lo último, ejercer en forma liberal la profesión y de ahí hay que ganar terreno, centímetro a centímetro, nada es gratis en esta vida. Pero al fin, era abogado, lo que siempre había querido, desde que terminé la enseñanza media y ahora a los 49 años lo lograba, habían pasado treinta años, mis sueños de estudiante se habían cumplido después de aplazarlos tantos años.
De a poco fui ganando clientes y después de los cuatro años, ya podía decir que tenía una pequeña cartera, que me permitieron algún pequeño desahogo económico.

Mi vida afectiva, tambaleaba, cada día era peor, o le le veía una salida. Por fin decidí que debía ponerle fin, pero no me atrevía a vivir solo. Ahora como buscar una persona si aún tienes tu pareja, eso era el problema.

La idea, que se me vino a la mente, era buscar primero, si esto resultaba, romper el compromiso y seguir con la pareja que encontrara, pero ésto era tremendamente difícil y muy riesgozo. Nadie con buenas intenciones sale con un hombre emparejado que le prometa que luego va a terminar una relación. Así no funciona. Pero yo decidí arriezgarme. Como podía hacerlo, no podía ponerme un letrero y salir a la calle, "busco pareja", me interesaba conocer muchas personas y elegir una perfecta, que reuniera todas las cualidades, de una mujer soñada, esto es, bonita, inteligente, profesional, culta, y por sobre todo que fuera autosuficiente en el aspecto económico. No quería hacerme de nuevas cargas, ya daba por hecho que al separarme debía cumplir con mis compromisos como padre.
Cual sería la solución, no la encontraba por ninguna parte, hasta que leo una revista en que narran experiencias de personas que se conocieron a través de internet. Esta es la mía así lo dije, busqué una página adecuada y mandé mis datos, un poco adornados de cualidades extraordinarias y exigiendo que quien me contestara debía reunir exactamente los requisitos de la mujer soñada.
No pasaron mas de diez días cuando un día reviso mi correo y habían mas de treinta personas que mandaban sus datos y querían contactarse conmigo, al otro día otras treinta o cuarenta, nunca supe cuantas me mandaron sus fotos, curriculum, etc. De todas partes, Argentina, Colombia, Venezuela, Brasil, y por supuesto de Chile.
Decidí eliminar todas las propuestas de otros paises y aceptar solamente de coterraneas, especialmente de Santiago y de las regiones mas cercanas. Seguían llegando mensajes. Hasta que decidí que sólo aceptaría candidatas de Santiago y de las comunas de Providencia, Las Condes y Vitacura.
Ahora me dedique a conocer a las postulantes, chateabamos unos días y después decidiamos juntarnos. Todas un poco exageradas en lo que decían de sus personas, flacas que eran gordas, feas que eran bonitas para mi gusto, altas que no eran tal, en realidad una fauna bastante hetereogénica. Ninguna de las conocidas cumplian los requisitos, yo pensé esto no vale la pena y a lo mejor me equivoque. No mas.

Un día y revisando mi correo, encuentro uno que me llamó la atención, una persona de Vitacura, profesional, buenamosa, independiente. No se porque, pero me dió la corazonada que valía la pena conocerla. Efectivamente valió la pena, nos conocimos, de inmediato nos gustamos, y con decirles que al año y medio estabamos casados con todas las de la ley. Llevamos cinco años y nunca nos hemos separado ni un sólo día.
Amigos, el amor existe, hay que buscarlo, al fin llega. Y colorin colorado, este cuento se ha acabado. Un abrazo para todos, muchas felicidades y ojalá que mi historia, sirva de luz a quienes buscan una salida en la vida. Hasta siempre, Pancho del Sur.

1 comentario:

Unknown dijo...

Buena, compadre, la sonrisa perfecta, encontro una buena m ujer, me consta, la vida es corta, el secreto es saber vivirla y no despilfarrarla, en buena hora hombre, con un triple abrazo, tu amigo Rene.