viernes, 20 de junio de 2008

La historia de Pancho, cap.X, Expulsado

La expulsión del internado, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Mi papá, ante la media embarrada, la primera, que me mandé, debe haber estado mas sensibilizado con lo que le había contado, sobre las penurias que pasé en el internado del cura Antonio, que no hizo mayor cuestión y asumió que me tendría que cambiar de colegio. En todo caso, ya nuestra relación se había hecho muy estrecha, con los constantes viajes, varias meses de estrecho contacto, incluso dormíamos en la misma cama, por lo que habíamos creado un vínculo muy grande que se mantendría hasta el día de su muerte.

Estábamos a mitad del año, y después de que me hubo presentado a mis nuevos apoderados, una pareja un poco dispareja, ella de unos 32 años y dos niños de corta edad, él un hombre mayor, calculo unos cincuenta años, de pelo cano, profesor de un colegio de enseñanza básica. Me recibieron muy bien y todo cambió para mí, podía transitar libremente por la ciudad, que me pareció inmensa y solamente tenía restringida la hora de llegada en la noche, ya que que nunca tuve llaves de la casa, así que siempre llegaba temprano, además de que no había mucho que hacer en ese tiempo y todos se acostaban temprano, salvo cuando de vez en cuando iba al cine.
Ella era dueña de casa y las comidas bastante buenas, ya nunca mas quedé con hambre y me sentía libre, como cuando estaba en el campo.

Me fui de vacaciones, ese año y ya pasaba al segundo de humanidades, todo un éxito para la gente del lugar donde vivía, que escasamente habían terminado la escuela primaria. Mis ansias de aprender no se calmaban, sabía palabras en inglés y en francés y me vanagloriaba de ello, además de que me había aprendido todas las capitales de América y Europa y hacía apuestas con la gente que me conocía, que podían preguntarme cualquier capital del mundo y yo le respondería.
Recuerdo que, viajé con mi padre nuevamente a la cordillera como el le llamaba al lugar donde tenía el aserradero. Yo a esa altura me creía lo de ser el hijo del patrón y abusaba un poco de ello, ya que los demás muchachos me rendían pleitesía y organizaba las excursiones.

Volví a clases, directo donde mis nuevos apoderados, ya yo tenía 15 años, el colegio ese año cambió de dirección y se hicieron cargo unas monjas, transformándose en un colegio mixto. Nunca había tenido la oportunidad de compartir con mujeres, salvo con mis primas, Emita y Herminda. Esto me gustó mucho, y parece que no era mal parecido, ya que al poco andar ya tenía polola, mi primera polola.
Parece que el primer amor mata, porque fue con puntada, ya se me quitaron las ganas de viajar al campo y muchas veces inventé tareas para volver rápidamente al día siguiente y sencillamente no ir. Mis papás, que estaban acostumbrados a tenerme en casa todos los fines de semana, se empezaron a extrañar por mi conducta, que se les aclaró cuando un día después de la salida de clases, me encuentro a boca de jarro, con mi padre, y yo tomado de mano. Mi papá llegó contando a casa, cual era la razón de que no quería volver al campo y que según él, yo estaba ciego, porque una niña me tenía que conducir de la mano.

La había experimentado los primeros contactos con una persona del sexo opuesto y eso me hacía un poco mas seguro.
Un día encontrándome sentado a la meza empañado de los dueños de casa, un pie desnudo se deslizó por entre mis pantalones, no podía creerlo, era la señora de mi apoderado, quién se había quitado el zapato y me tocaba con la punta del pie, por debajo de los pantalones. Me quise morir, primero de susto, porque me podían pillar y por otro lado, me daba vergüenza, ya que quién me provocaba era una persona mayor a quién yo tenía mucho respeto, además que no se me había pasado por la mente, que ella se pudiera fijar en mí, ni menos yo en ella. La verdad que esta situación me incomodó mucho. Pero esto se siguió repitiendo. Parece que ella gozaba de mi situación de apremio y del hecho que yo no pudiera defenderme o decir algo, hasta que un día y encontrándonos sólos, iba a salir a la calle y ella me bloqueó la puerta y tomándome de los hombros me atrajo hacía ella, yo estaba rojo como tomate, no sabía que hacer, pero como pude me resistí hasta que me dejó salir a la calle. Ese día llegué muy tarde y tuve que golpear la puerta, sentía mucha vergüenza. Ella me abrió la puerta y me reprochó por lo tarde que llegaba, yo ni siquiera me atreví a mirarla y sin comer, me fui a mi dormitorio. Algo andaba mal, presentía que esto no tendría un buen fin, me sentía inseguro, asustado y perturbado, no podía pensar bien. No tenía a quién contarle lo que me pasaba, menos a mis papás.
Los días transcurrieron lentos, se me hacía pesado volver a la casa y nuevamente sentía los pies por debajo de los pantalones, hubo ocasiones que incluso, cuando se sentaba al lado mío, bajo cualquier pretexto bajaba las manos y me rozaba los genitales. Eso ya para mí era terrible, ya que no me causaba ninguna exitación, al contrario me daba muchisimo miedo y no sabía como controlar.

Una noche, mi dormitorio que estaba en una especie de sala de estar al lado de la escalera en el segundo piso, y a la pasada para el dormitorio matrimonial, siento que la puerta se abre y entra una figura femenina, con una larga camisa de dormir y decirme nada, echa mis tapas hacía atrás, se sube la camisa y se sienta sobre mis partes intimas. El marido estaba en el primer piso y se sentía tocaba guitarra. Yo ante esta situación, no me atrevía ni siquiera a respirar, por miedo a que pudiera aparecer y encontrarse en esa situación. Sentí sus partes húmedas sobre mis piernas, pero el terror que sentía era mayor, así que no me atreví ni a moverme. Parece que ella se dio cuenta, de mi situación y después de tocarme con sus manos, se bajó de la posición en que se encontraba y se fué desilucionada a su cama.
Esa noche no dormí nada, todo lo que me había pasado era poco, ahora ésto, no sabía si era mejor haberme quedado interno, que pasar por esto.
Después me contaré el epílogo., chao.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Hola papá, estan muy buenas tus historias, me ha gustado mucho el estilo narrativo que ocupas, además de que la historia esta muy entretenida, eso si yo te recomendaria que hagas un poco más independientes cada capitulo uno del otro, ya que ahora que estas empezando no es gran problema leer todos los capitulos, pero después de un tiempo, las personas que empiecen a leer el blog se van a demorar mucho en leer todos los capitulos, eso es solo una recomendación, si quieres la tomas.
Un abrazo, en estamos en contacto.
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